viernes, 20 de noviembre de 2009

Vladimir el poeta

Fotografías: Óscar Dacosta

Roi Palmás/Kiev


Vladimir es poeta. Tiene 28 años y escribe sobre su madre y su familia pero también sobre la vida y sobre el tiempo. Reconoce que le ruboriza un poco hablar sobre esta faceta pero nos dicen que realmente lo hace muy bien. Vive en una pequeña casa de un barrio cualquiera. Realmente no importan demasiado las coordenadas geográficas porque a “Vova” su espacio le queda pequeño. Su mente está mucho más allá, corre mucho más rápido que la de su entorno y lo único que le frena es precisamente estar tan aislado.

Es el alma de su casa y también de su familia. Sus padres son ya bastante mayores. Le han visto crecer y hacerse un hombre. Lo que más desea ahora mismo es un ordenador. Su intelecto le hace merecedor de una de esas grandes computadoras que mueven el mundo pero advierte que con un viejo y simple modelo es más que suficiente. Prefiere “abrir esa ventana al mundo de ahí fuera” a arreglar otras cosas, quizás más urgentes. Sus problemas en el riñón, por ejemplo, son uno de los gastos más elevados de la familia. Lleva años dependiendo de medicación y las piedras que lleva dentro parecen pesarle como losas en su intento de huída hacia el progreso.

Vladimir se ha empeñado en desmontar mitos. Dice que siempre tiene las piernas frías aunque le desborda el fuego en los ojos. Cuando te mira, te estudia y cuando te tiene estudiado ya te ha ganado. “Vova” va en silla de ruedas, vive en un rincón rural del corazón de una pequeña aldea, sufre parálisis cerebral desde que nació y sus órganos internos están dañados. Pero no importa, porque “Vova” es feliz, es un genio y además, es poeta…


1 comentario:

  1. Supoño que xa é tarde de máis para conseguir algúns versos del, ou non?

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